jueves, 7 de enero de 2016

Los juegos al servicio del conocimiento de la Tabla Periódica

En la actualidad, la innovación en la enseñanza de las ciencias tienen un carácter prioritario en el ámbito de todos los niveles de la educación (Orlik et al., 2004), involucrando a menudo estrategias ante las que el estudiante juega un papel activo. De este modo, la participación del alumno constituye uno de los ingredientes didácticos de mayor valor, situándose el reto en cómo conseguir e incentivar dicha implicación.

Particularmente, en los últimos años ha surgido en las diferentes revistas sobre educación científica una gran efervescencia de propuestas educativas en torno a los elementos químicos y a la Tabla Periódica. Según Linares (2004) se percibe el deseo permanente entre los docentes por buscar nuevas y motivadoras formas de enseñar estos temas. En bastantes de las propuestas se emplean juegos didácticos muy variados y otros recursos recreativos, encontrando crucigramas de muy diverso tipo, juegos de mesa, juegos de cartas, bingos, etc. A estas actividades basadas en juegos podemos sumar otras que, sin recurrir propiamente a ellos, se plantean en contextos de tipo lúdico.

En este marco, este trabajo, junto a otro que tenemos en preparación, pretende caracterizar las distintas propuestas didácticas existentes en este ámbito, las cuales parecen orbitar en torno a dos grandes grupos de propuestas. De un lado, aquellas referentes a los nombres y símbolos de los elementos químicos, que pretenden facilitar la familiarización y retención por parte de los alumnos de la estructura actual de la Tabla Periódica; de otro, propuestas más elaboradas para ayudar a los alumnos a ahondar en aspectos más complejos relacionados con la naturaleza, fundamentos y aplicaciones del sistema de clasificación de elementos. En este artículo, concretamente, abordamos las propuestas didácticas planteadas a través de juegos del primer tipo, dejando para su continuación el análisis de las restantes. En este sentido, aunque desde la forma en la que entendemos la enseñanza, el profesor debería priorizar el aprendizaje racional y comprensivo de sus alumnos, consideramos que aprendizaje memorístico y aprendizaje significativo no deben considerarse incompatibles, sino complementarios.

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